Revista Tiempo de Paz 149 | ARTE Y VALORES

Revista Tiempo de Paz 149 | ARTE Y VALORES

Número: 149
Periodo: Verano 2023

Tiempo de Paz plantea en este número un debate sobre la relación entre el arte y los valores y sobre si a través del mismo se transmiten, consciente o inconscientemente, los de cada tiempo histórico..

Es un tema que no se ha tratado mucho ni en Tiempo de paz ni en otras revistas, pero que el Consejo de redacción ha entendido que es una manera de acercarse a los valores de la dignidad, la paz y la solidaridad (junto a los valores de justicia libertad, la igualdad y pluralismo) en un momento en el que el mundo está en una situación de incertidumbre.

El arte es consustancial a la vida humana y desde tiempos prehistóricos y cavernarios ha acompañado al ser humano, en manifestaciones cada vez más sofisticadas, sobre las que es difícil descubrir, en ocasiones, su significado. Desde el punto de vista temporal los profesores Luz Neira y Jonathan Cruz Ángeles nos trasladan a la antigüedad. La profesora de la Carlos III nos muestra cómo las representaciones de los mosaicos reflejaban valores propios del contexto, diverso, en que fueron originadas y que han influido en el pensamiento de la civilización occidental, y han logrado impactar en la sociedad actual.

 

Temas como la creación de la humanidad, el castigo, la contraposición entre orden y caos, la imagen del otro, la mujer, las relaciones entre pueblos, la guerra justa etc.. El profesor de la Universidad de Jaén profundiza en cómo la mitología griega ha desempeñado un papel relevante en las narrativas del Derecho internacional. El mito sobre la creación del universo y los dioses establece una base simbólica y trascendental para comprender el orden y la justicia en el mundo y para transmitir determinados valores. El arte va del pasado al futuro, donde Elvira Prado Alegre, responsable en patrimonio nacional y Santiago Ripol Carulla, catedrático de Derecho internacional de la Universidad Pompeu Fabra, abordan una dimensión innovadora y desconocida como es el arte espacial en conexión con los valores de la humanidad, más allá de las fronteras terrestres y cómo los artistas, con sus obras, pretenden una mayor concienciación planetaria, como símbolos de paz y unidad.

Las visiones sobre la relación entre arte y valores no son coincidentes y desde cada ángulo hay matices y disquisiciones que muestran que estamos ante un planteamiento novedoso, sobre el que el estudio y la investigación resultan fructíferos. No es un ámbito lleno de clarividencias sino de cuestiones. Los propios artistas que participan en este número no se ven a sí mismos como transmisores de valores, ni consideran que forme parte de sus funciones. El genial pintor Antonio López considera que el arte es una necesidad de algunos hombres y mujeres de expresarse, pero no considera que a través del arte se quiera transmitir un mensaje. No es una dimensión que se plantee. En otra contribución el importante escultor Sergio Fernández mantiene, en un análisis interesante, que a su juicio cuando las cosas dejan de cumplir su función social pasan al ámbito de la creación artística dejando de ser lo que fueron, momento en el que se desarticula la relación entre ética y estética. Propone devolver el arte a un pensar más modesto, dejar de reivindicar la idea del artista como un ser tocado por el halo de misterio y reencontrarse con el humilde hecho de ser escultor y dominar una técnica. Sin embargo, otros

artistas como Gilberto Corbi Murguí, artista del exilio, retratado por Emilio Menéndez del Valle, embajador de España, sin duda tuvo el deseo de transmitir valores generales a través del arte, creando la revista la Barraca, el logotipo del PSOE en el exilio -el yunque y la pluma- e impulsando proyectos democráticos y humanistas.

Definir el arte es una tarea difícil y en evolución. La reflexión sobre la conexión entre arte y valores permite recorrer la historia del arte y del patrimonio. En una revista como Tiempo de paz esa reflexión resulta necesaria pues los valores han ido cambiando a lo largo del tiempo y se pueden ir plasmando en el arte. El valor de la paz constituye algo reciente en la humanidad, al menos reconocido y como tal, y eso no podía dejar de reflejarse en el arte. A través del tiempo y de símbolos se expresan, implícita o explícitamente, los valores de cada época, y se contribuye a su transformación. Son muchas las maneras de ver el arte en conexión con los valores. La idea de este número es realizar una reflexión sobre su conexión desde dimensiones diversas (pintura, escultura, arquitectura, literatura, cine etc.) y desde la plena libertad intelectual de los invitados, procedentes de diferentes especialidades, a los que se les formuló la cuestión. El resultado es rico y diverso. El arte, de una manera general, reflejado la cultura y el pensamiento dominante de una sociedad y de sus contradicciones. Algunos autores como el Director de esta revista analizan cómo el arte se refleja en símbolos que transmiten mensajes análisis, tanto en tiempos históricos como en la modernidad y se centra luego en el relato de la idea de España en el arte y de la comunidad internacional en el arte, y cómo eso refleja determinados valores como el de la paz o el de la dignidad humana.

Gran parte de los estudios analizan la reflexión sobre la conexión entre arte, valores y Derecho, desde distintos ángulos. El Embajador de España en la UNESCO, antiguo ministro de cultura y profesor de filosofía del Derecho de la UC3M, José Manuel Rodríguez Uribes defiende la idea de la cultura como valor o conjunto de valores y sobre el Derecho como cultura. La interacción entre Derecho y valor, su estrecha conexión es objeto de otras reflexiones. En esta línea el catedrático emérito de derecho constitucional de la Universidad complutense, Javier García Fernández, uno de los mayores expertos en patrimonio cultural analiza cómo se va configurando el concepto de patrimonio histórico y se van conformando sus rasgos actuales a través del derecho, y sus valores. Desde un ángulo más concreto Celia M. Caamiña, profesora de derecho internacional privado, analiza la cuestión de cómo el nacionalismo cultural se refleja en las reclamaciones de restituciones de bienes culturales y el régimen jurídico internacional de las mismas, fundamentalmente a la luz del convenio de Unidroit de 1995 y la directiva 2014/60/UE.

Otros análisis se refieren a intentar descubrir la relación entre arte y valores en determinados sectores de la cultura, en agendas internacionales. Así, mientras que Margarita Asuar, abogada y representante de artistas, aborda los diferentes objetivos de la Agenda 2030 a través del arte, la profesora de la Universidad de Málaga Maribel Torres Cazorla aborda el tema del patrimonio cultural en peligro en el caso de Ucrania, no solo desde el inicio de la guerra de 2022 sino desde la anexión de Crimea en 2014.

El profesor Jesús García Cívico de la Universitat Jaume I se plantea si el cine puede enseñarnos valores, ante lo cual se plantea una cuestión previa, que es la de si los valores se pueden enseñar; por su parte el profesor José Pérez Collados, catedrático de la Universidad de Girona aborda de manera muy interesante la relación entre las ciencias sociales y la literatura, analiza el movimiento Derecho y literatura y la narración en que concluye un proceso judicial. Finalmente, pero no menos importante, otras contribu-ciones analizan cómo a través del arte se puede cooperar y formar, así como contribuir a la inclusión social. En este sentido destaca la ponencia sobre el teatro como herramienta de sanación ante la violencia política en Guatemala (MPDL Guatemala), o la ponencia sobre el arte como promotor de valores y transformación social, elaborada por Nolvira Soto Orrego, del MPDL Colombia Les invitamos a la reflexión sobre un tema abierto, con múltiples dimensiones y aristas, que hemos orientado con la idea de contribuir a la promoción de los valores a través del arte.

 

 

Revista Tiempo de Paz 148 | EUROPA: CONSTRUIR EL FUTURO O VOLVER AL PASADO

Revista Tiempo de Paz 148 | EUROPA: CONSTRUIR EL FUTURO O VOLVER AL PASADO

Número: 148
Periodo: Primavera 2023

Tiempo de Paz aborda en este número la crisis constitucional europea.

En las últimas décadas, la crisis constitucional europea (con el fracaso de la constitución de 2004), la crisis financiera posterior, el Brexit, la pandemia del Covid 19 o la guerra de Ucrania han hecho que la Unión Europea y el mundo se enfrenten a una situación desconocida de policrisis y de consiguientes incertidumbres. En esta situación la Unión Europea es un proyecto en construcción que, además, debe responder a recientes derivadas de la inflación, la crisis climática, los cambios en la geopolítica internacional y otros fenómenos.

 

Es un momento de crisis y de transición este primer cuarto del siglo XXI, tanto desde la perspectiva internacional como europea. Aunque hay que matizar que fenómenos como los señalados no han sido negativos para la integración, pues han llevado a hacer de la necesidad virtud, siendo factores más cohesivos que divisivos. Incluso el Brexit no ha sido negativo.

En todo caso este cúmulo de circunstancias plantea la cuestión de si deben ser afrontadas con más o con menos Europa. Esta revista y el conjunto de los autores que aquí escriben consideran que la respuesta a los principales retos económicos, políticos y sociales actuales pasan por que la Unión Europea se fortalezca como un instrumento útil para el progreso de los pueblos de Europa.

Enrique Barón, Antiguo Ministro y Antiguo Presidente del Parlamento europeo ha coordinado la confección de este número que creemos que pone sobre el tapete no todas, pues eso sería imposible, pero sí la mayor parte de las cuestiones que se plantean para el futuro de Europa. Y ello es particularmente interesante cuando España se prepara para asumir la presidencia de la Unión Europea en el próximo mes de julio.

Muchas ponencias traslucen el deseo de ir hacia la soberanía europea, y en verdad, lo que ponen de relieve es la necesidad de no depender de terceros en cuestiones esen-ciales, tales como la seguridad, la energía o los alimentos, lo que nos hace vulnerables. Ese deseo de independencia de terceros ha surgido ante algunas debilidades en la pandemia o en la guerra de Ucrania, que no fueron previstas suficientemente en el pasado. Pero más vale tarde que nunca. Además, la construcción europea supone integrar a muchos Estados por lo que es una obra lenta y progresiva, que no tiene parangón en otras regiones, lo que evidencia la dificultad del reto.

El futuro de Europa está abierto y este número pone de relieve elementos que deben presidir tanto la reflexión como la acción. El profesor Francisco Aldecoa, catedrático de la UCM y Presidente del Movimiento europeo, antiguo director de Tiempo de Paz, hace una amplia e interesante reflexión sobre los factores que condicionan el futuro de Europa y sobre las perspectivas de este nuevo ciclo político. Nos muestra los avances que han venido de la mano de la pandemia -como mancomunar la deuda pública europea, o la compra de material sanitario- que evidencian lo que califica de solidaridad federal. Así mismo, analiza las negociaciones de la conferencia, las propuestas de reforma de los tratados, o las consecuencias de la agresión rusa en la construcción europea.

El eurodiputado español Domènec Ruiz Devesa y Alejandro Peinado, del Parlamento Europeo, reflexionan sobre el papel que puede desempeñar la presidencia española de la UE en 2023 como momento en el que se pueden dar pasos federalizantes como serían avances en áreas como la unión sanitaria, financiera, energética, migratoria, social y de defensa. Avanzar en la senda federalista europea supone dar amplios pasos en estas materias, muchas de los cuales son objeto de posteriores análisis más detallados en este mismo número.

Algunas políticas que debieran avanzarse son objeto de excelentes análisis precisos. En materia migratoria, Anna Terrón, Directora de FIIAP, analiza el desarrollo de la Agenda de Tampere, tanto en sus logros como en sus escollos y muestra la necesidad de reorientar la situación en temas como el asilo, donde la transposición de reglamentos y directivas sigue produciendo tantos subsistemas como Estados miembros tiene la Unión, habiendo tantas distintas velocidades en migraciones como políticas nacionales. De tal modo que la libre circulación no ha sido una fuerza motriz suficiente como para impulsar el Espacio de libertad, seguridad y justicia, en un ambiente tóxico sobre las cuestiones migratorias en el que España debería potenciar un nuevo impulso hacia un nuevo pacto migratorio.

Del mismo, modo el eurodiputado Jonás Fernández aboga por la necesidad de un salto trascendental en la Unión Económica y monetaria, en un momento clave en la evolución de la misma, tomando como palanca de impulso los planes Next Generation -para que no sean únicamente algo transitorio, e impulsando la Unión fiscal, que recuerda hizo fracasar la respuesta a la crisis financiera de 2008.

Otro elemento a considerar es la potenciación de la Unión Europea como actor global y factor de paz, que analiza Benedikta von Seher-Thoss, directora general de política común de seguridad y defensa de la Unión Europea, que considera que hay que reforzar esta dimensión y cumplir la brújula estratégica, junto a otras que fortalezcan la seguridad y la defensa europeas frente a las viejas y las nuevas amenazas, del mismo modo que posibiliten que la UE sigan defendiendo valores y principios universales en un mundo cada vez más inestable, así como las reglas del orden internacional.

En un plano similar, Enrique Gomáriz, asimismo antiguo director de Tiempo de Paz, aborda la cuestión del lugar de la OSCE en el diseño post-guerra de Ucrania. En su opinión el “reto estratégico consiste en mejorar de forma consistente la capacidad de defensa disuasoria de la Unión Europea, sin dejar de ser un poder normativo, que impulsa la paz y la seguridad del continente y el resto del mundo, evitando incorporar a la Unión Europea a la carrera hegemónica protagonizada por las otras potencias militares”, por lo que resulta “indispensable recuperar el debate sobre un sistema paneuropeo de paz y seguridad”.

Este loable deseo no aparece sin embargo en la propuesta que hizo el presidente alemán, Scholz, que en respuesta al presidente Macron hizo en un discurso en la Universidad de Praga, analizado por Ernst Stetter, antiguo secretario general de la Fundación europea de estudios presupuestarios. El presidente alemán considera que es necesario reforzar la soberanía europea para hacer frente a las exigencias del siglo XXI, lo que debe hacerse mediante el impulso a una Europa geopolítica que incluya a los Balcanes, a Ucrania, Moldavia y Georgia, así como otras líneas de acción. Esta visión de Europa ante un cambio de época que se refleja en el ataque a Ucrania no cuenta, sin embargo, con el consenso europeo ni, por el momento con el respaldo del eje franco-alemán, que fue el poderoso motor europeo en el pasado.

En este número Stephen Hughes, antiguo miembro del Parlamento Europeo, plantea la posibilidad de reversión del Brexit, aunque la ve lejana y que sólo podría producirse si concurre el deseo de la población británica, un gobierno que la busque y la aceptación por los Estados miembros. Según su opinión, esto sólo puede significar una cuestión de tiempo para que se alcance.

Asimismo, Mónica Baldi, vicepresidenta de la asociación de antiguos diputados del Parlamento Europeo y vicepresidenta de Ars Pace, analiza el cada vez más relevante papel estratégico de la diplomacia cultural.

Por su parte Antxon Olabe, economista ambiental, analiza cómo ha colapsado el modelo energético basado en gran parte en la dependencia de Rusia, y cómo se está construyendo un nuevo sistema que busca avanzar hacia la autosuficiencia energética, asegurando los suministros. En esta transición energética. Indica, el papel de España puede ser relevante en la capitalización tecnológica e industrial asociada a ella. Porque, señala también, la UE debe continuar liderando la acción climática mundial como ha hecho hasta ahora.

Cristina Gallach, Comisionada especial para la Alianza por la Nueva economía de la Lengua, que dirige un Perte creado para potenciar el español y las lenguas cooficiales como factor de crecimiento económico y de competitividad internacional en aras de la inteligencia artificial, la ciencia, la educación y la cultura. Explica cómo van a distribuirse los Fondos Next Generation de cara a ese necesario desarrollo en especial del mundo de la tecnología punta y de la energía verde.

La necesidad de la actualización de la reforma sanitaria que aborda Rafael Bengoa, ex director de sistemas de salud de la OMS, pone de relieve que España tiene un problema especial con la longevidad, al que no se le ha dado respuesta suficiente desde el ámbito político, y sobre el que habría que dar un giro importante.

Del mismo modo Carlos Susias y el Equipo EAPN-Es, aborda la necesidad de mayores políticas redistributivas y de justicia social para hacer frente a la pobreza y la exclusión social, que no son precisamente cuestiones marginales en Europa, sino altas y constantes, lo que indica causas estructurales.

Otras políticas que la presidencia española debería tener en especial consideración son la digital, que analiza Ana Caballero, Vicepresidenta de la Asociación europea para la transición digital, nos muestra la necesidad de conseguir la soberanía digital para Europa, bajo los valores y principios elegidos. Y el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia debe servir para ello.

El profesor Héctor Casanueva, Vicepresidente del Foro Académico AlC-UE, reflexiona cómo deben cambiar las relaciones estratégico-políticas de la UE con los países, tan diferentes entre sí, del Sur Global. La estrategia de alianzas requiere compartir intereses con países con los que tiene especial relación, entre ellos, muchos del Sur Global.

En definitiva, estamos ante un número repleto de interesantes análisis abiertos que permiten ver los desafíos más importantes y difíciles de la Europa del siglo XXI, en unas páginas llenas de sugerencias para la historia que se irá escribiendo durante los próximos años.

 

 

Revista Tiempo de Paz 146 | LA GUERRA DE UCRANIA

Revista Tiempo de Paz 146 | LA GUERRA DE UCRANIA

Número: 146
Periodo: Otoño – Invierno 2022
Pincha en el link para ver la presentación online de la revista 146-147

Tiempo de Paz aborda en este número el conflicto de Ucrania, la guerra de la Rusia de Putin contra un país que formó parte de la antigua URSS y con el que Rusia ha tenido vínculos históricos muy profundos.

Lo hacemos con rigor y desde una perspectiva abierta, pero a la vez intentando ser coherentes con la razón de ser de  la revista y de la organización que la edita, el Movimiento por la Paz (MPDL), surgido en los años ochenta en las movilizaciones contra la guerra fría y frente a la confrontación entre los bloques militares de la OTAN y el Pacto de Varsovia, contra la militarización del discurso político y del pensamiento y a favor de la paz entre los pueblos. Y sin olvidar nuestra participación activa en el movimiento pacifista europeo, organizado en la END (European Nuclear Disarmament), que se oponía a la política de bloques militares, y en España también a la pertenencia de nuestro país a la OTAN y a favor de la neutralidad activa.

 

Con la caída del Muro de Berlín y la disolución del Pacto de Varsovia, que hemos recordado en las últimas semanas con la muerte de Gorbachov, desaparecía o al menos disminuía la confrontación Este – Oeste y se abría una época de entendimiento con Rusia. La potenciación de la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) y los acuerdos sobre la reunificación alemana entre Kohl y Gorbachov de no expansión de la OTAN hacia las fronteras rusas, junto a la ampliación de la Unión Europea, eran otros signos de distensión e instrumentos de entendimiento dentro de una  concepción amplia de Europa que pretendía incluir a la propia Federación Rusa.

No ha sido así. La invasión de Ucrania por Rusia de Putin y la guerra en el corazón de Europa ha modificado el escenario, constituyendo una  grave vulneración del Derecho Internacional y de la Carta de las Naciones Unidas, que establece la obligación de los Estados de abstenerse de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier otro Estado. Como pacifistas condenamos sin ambages la invasión rusa de Ucrania, sin intentos de blanqueo de Putin ni nostalgias de la antigua URSS.

Si bien la responsabilidad única de la guerra es de Putin, un autócrata eliminador de cualquier disidencia interna y externa, que ha asumido la tradición expansionista del nacionalismo ruso ahora con su invasión de Ucrania, como antes lo hizo sobre Crimea, o con la guerra de Georgia (Abjasia y Osetia) y la guerra del Donbás, previas a la agresión a Ucrania

Pero la condena no nos exime de reflexionar sobre las causas inmediatas y lejanas que han llevado a esta agresión. Porque si no de la guerra, sí hubo también una importante responsabilidad por parte de la OTAN, o más en concreto de los Estados Unidos, en la generación de la tensión, de la inseguridad previa, al forzar la expansión de la OTAN hasta la frontera de Rusia en contra de los acuerdos que en su momento se alcanzaron con Gorbachov, llevando también su amenaza e inseguridad a las mismas puertas rusas de Ucrania. En este mismo sentido, aunque la ampliación a Finlandia y Suecia pueda ser comprendida por verse más protegidos de Rusia dentro que fuera de la Alianza, tampoco constituye a medio y largo plazo un factor de distensión

Hay que añadir que el bombardeo de Kosovo por la Alianza Atlántica en 1999, invocando una intervención humanitaria y el reconocimiento de Kosovo, tras la Declaración de independencia, actos ambos contrarios al Derecho internacional, han sido copiados por Rusia, mutatis mutandis, en las ocupaciones territoriales y usos ilícitos de la fuerza que viene cometiendo. Es decir, occidente y la OTAN en particular deben ser respetuosos con el Derecho, como mejor senda para la paz. Cabe recordar que la segunda guerra del Golfo, la de 2003, a diferencia de la de 1990, no era conforme con el Derecho internacional. Se invocó por USA y Reino Unido la legítima defensa frente a un riesgo (preventiva), cuando el Derecho solo permite que sea una respuesta inmanente, proporcional y necesaria frente a un previo ataque armado. Incluso en aquellos casos en los que, como sucedió en Afganistán, el uso de la fuerza era adecuado según el Derecho internacional, al estar debidamente autorizado por una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas hemos visto el fracaso occidental tras dos décadas de ocupación.

Esto puede dar lugar a reflexiones desde muchos puntos de vista, pero es evidente que se pueden hacer mejor las cosas en el camino de la paz, respetando las reglas básicas de la Comunidad internacional, pues no solo se ha roto la paz, por el uso de la fuerza, lo que produce crímenes de guerra y contra la humanidad, sino que la comunidad internacional está en una situación de desorden que es muy peligrosa para la estabilidad en el siglo XXI. Habría que retornar al viejo ideal kantiano de la paz a través del Derecho.

Ello unido a la debilidad institucional en política exterior de la Unión Europea, por la regla de la unanimidad, y a la ausencia de la ONU, sistemáticamente marginada por la gobernanza neoliberal, más aún por Rusia y Estados Unidos en este conflicto, como en otros anteriores.

Desde el inicio de esta guerra desde el MPDL, a la vez que hemos apoyado que había que ayudar al pueblo ucraniano para que no fuera aplastado por Rusia, promovimos movilizaciones para denunciar la invasión y consideramos que el objetivo prioritario debía y debe ser el de detener la guerra cuanto antes. Por ello, no compartimos el discurso del enfrentamiento militar como salida y del incremento de los gastos militares, que nos lleva de nuevo a la confrontación entre bloques militares y a la militarización del lenguaje y del discurso público. Como entidad pacifista rechazamos este relato pro-belicista que genera un estado de opinión que entiende que para la resolución del conflicto la solución es militar, y en el que la paz es vista como una opción negativa que renuncia a la justica.

Por el contrario, es la hora de la diplomacia y el diálogo entre todas las partes para un alto el fuego inmediato en Ucrania, en los que deben jugar un papel clave tanto Naciones Unidas como la Unión Europea. Es necesaria una negociación para lograr una paz que abra de nuevo la perspectiva de una política de distensión, con un estatuto de neutralidad para Ucrania que la sitúe fuera de los bloques militares y dentro de la Unión Europea.

Frente a la guerra y frente a la disuasión militar, creemos que hay que retomar la doctrina de la seguridad compartida, impulsada por el primer ministro sueco Olof Palme en los años ochenta, donde los países se sientan seguros no por generar una mayor amenaza sino por el compromiso con la seguridad de los otros. Multilateralismo, seguridad compartida para toda Europa, desde el Atlántico a los Urales, reduciendo y eventualmente suprimiendo la amenaza mutua, deteniendo la carrera armamentista y creando seguridad y confianza también con medios no militares, en los planos político, económico, social y psicológico. Este planteamiento puede hoy parecer utópico por la actitud de Putin, pero lo consideramos irrenunciable, si no queremos vivir en el futuro en la permanente inseguridad de la amenaza.

La pregunta clave es qué horizonte de paz y seguridad contemplamos para las próximas décadas de este siglo XXI.  Junto al papel de la ONU y al multilateralismo  democrático es imprescindible la reconstrucción de un sistema inclusivo de seguridad europea, a partir del proceso iniciado en su momento por la OSCE, así como el desarrollo de un polo estratégico de seguridad y defensa europeo, que dote a la Unión Europea de una autonomía propias que eviten la dependencia de la estrategia de Estados Unidos y, por extensión, de la OTAN, cuya ampliación con dos nuevos miembros,  Finlandia y Suecia, puede agravar el riesgo de incrementar las tensiones que afectan a Europa a la seguridad europea, como señala Pierre Schori en uno de los artículos que se publican en este número.

La construcción de la paz es un proceso y un proceso largo y continuo. No podemos caer en la trampa de considerar la solución militar como la única. Por el contrario, debemos promover la solución pacífica y de diálogo como la posible y la solución duradera. Pero para ello hay que trabajar, y mucho.

ADENDA

Este número de Tiempo de Paz sobre La guerra de Ucrania comenzó a gestionarse casi a partir del primer momento de la invasión por Rusia de ese territorio, en febrero de 2022. Algunos de los artículos llegaron muy pronto y, casi todos, en los meses de junio y julio. Por eso, y porque los acontecimientos han ido ocurriendo, como todos sabemos, a una velocidad increíble, con los giros que han ido dando casi diariamente, con una deriva hacia peor, el número que ahora presentamos puede parecer en algunos aspectos, desactualizado.

Sin embargo, no creemos que las reflexiones que contiene hayan perdido validez. Muy por el contrario, los análisis que en ellos se expresan han ganado en perspectiva sobre muchos aspectos, reafirmando algunos de ellos.

Se trata, sin duda, de un tema que nos va a ocupar a todos durante bastante tiempo.

La revista intentará seguir ofreciendo reflexiones desde diferentes ángulos, al hilo de los acontecimientos.

 

Revista Tiempo de Paz 145 | LOS DERECHOS DE LOS MAYORES

Revista Tiempo de Paz 145 | LOS DERECHOS DE LOS MAYORES

Número: 145
Periodo: Verano 2022

El presente número de la revista Tiempo de Paz aborda múltiples desafíos derivados del envejecimiento. El ciclo de la vida empieza y acaba en momentos en que las personas estamos en situación de vulnerabilidad por razón de edad. Los niños, hasta la mayoría de edad tienen unos derechos y un régimen de protección. Las personas mayores hasta hace muy poco tiempo no eran vistos como un grupo de población que, en muchos casos, necesita el desarrollo progresivo de normas para que sus derechos, que son los mismos que los de las demás personas, sean realmente efectivos. Sus diferentes necesidades y situaciones exigen un desarrollo progresivo, que se ha dado en algunos ordenamientos internos, y que está en trance de desarrollo en el sistema universal. Es una cuestión que se plantea en todas las latitudes, siendo el sistema interamericano el normativamente más avanzado, con una convención de personas mayores cuyos avances y límites analiza muy bien Enrique Gomáriz, antiguo director de esta revista.

 

El consejo de Redacción seleccionó al Doctor José Manuel Ribera, uno de los mayores especialistas españoles, académico de la Real Academia de Medicina, que ha coordinado brillantemente este número. El resultado es muy útil  por un lado, para la reflexión y la toma de conciencia y por otro, para servir de palanca para el desarrollo del Derecho y de las políticas públicas con respecto a las personas mayores.

La situación de las personas mayores es una cuestión socio-cultural y de valores. Socio cultural porque el bastón del anciano es venerado y respetado en algunas sociedades mientras que en otras, como sucede actualmente en occidente, se valora más la fuerza, la juventud y la belleza. El término edadismo, analizado por Rocío Fernández Ballesteros, catedrática emérita de Psicología y exdecana de la Facultad de la Universidad Autónoma, junto con Carmen Huici, de la misma Facultad, expresa un cierto menosprecio hacia los mayores. Utilizado desde 1969 por Robert Butler -primer presidente del Instituto nacional de envejecimiento de Estados Unidos-, y derivado del inglés age-ism, refleja el prejuicio que hay hacia los mayores mediante acciones, actitudes y creencias, y que se manifiesta de muchas maneras. La misma actitud o incluso peor es la que se ha dado históricamente y aún hoy con las personas con discapacidad, que también envejecen, y sobre las cuales hay que hacer un abordaje político, social y económico que de lugar a políticas públicas de respuesta adecuada, como analiza Luis Cayo Pérez Bueno, Presidente del CERMI.

Es también una cuestión cultural, de cómo la sociedad concibe a los mayores, como sabios o como obstáculos, o en otras actitudes en una gama amplia de colores. Es además y sobre todo una cuestión ética, que aborda el Académico de la Real Academia nacional de medicina, Diego Gracia, al considerar la distinción entre los valores instrumentales o técnicos, que se miden en unidades monetarias y los intrínsecos, que tienen valor por sí mismos. Así la amistad, la dignidad, la justicia, la solidaridad, que son los más importantes de la vida, y son los abuelos/as quienes mejor transmiten estos valores, pues están en una etapa de la vida en la que ya no se preocupan tanto por la riqueza económica.

Este número también es muy relevante desde la perspectiva jurídica, sobre la cual hay varias ponencias, desde la del médico Pedro Sabando, sobre el derecho a la salud y a la atención sanitaria, a la de Octavio Granado, que fue Secretario de Estado de la Seguridad Social entre 2004-11 y entre 2018-19-, sobre el derecho a pensiones y prestaciones dignas que deben llevar, considera, a reclamar nuevos ingresos, a que la edad de jubilación se flexibilice -según estilos de vida- y a que se valore más la capacidad que la incapacidad de las personas.

El número apuesta por una consideración de las personas mayores como titulares de derechos, como evidencian las ponencias de las profesoras de la universidad Carlos III, Carmen Barranco, Directora del Instituto de derechos humanos Peces-Barba) e Irene Vicente, Investigadora del Departamento de Derecho internacional, eclesiástico y filosofía del derecho, que estiman que sería necesario  un convenio sobre derechos de las personas mayores, porque contribuiría a la  “visibilidad de las violaciones que les afectan y a mejorar la respuesta de los Estados”. El derecho antidiscriminatorio permite considerar que las distinciones, exclusiones o restricciones basadas en la edad, que no están justificadas son vulneraciones de su derecho a la igualdad . O la intervención de Mariqueta Vázquez, Secretaria de envejecimiento activo del Partido socialista madrileño, que aborda la necesidad de que la diversidad de situaciones de las personas mayores (salud, nivel educativo, relaciones sociales, orientación sexual) se exprese en políticas (de movilidad, vivienda, servicios sanitarios). También la de María Saiz, que pone en valor la importancia de la educación y la cultura continuadas para abordar estos retos pues es algo benefactor para ellos y para combatir el edadismo con modelos y conductas slow life,  favoreciendo una longevidad saludable con acciones vitales. Que las políticas de las personas mayores deben realizarse con un enfoque de derechos humanos, insiste y profundiza Pilar Rodríguez, Presidenta de la Fundación Pilares, y ex directora general del IMSERSO

En definitiva, creemos que se ha alcanzado el objetivo inicialmente previsto de abordar desde una perspectiva amplia, que permite visibilizar la problemática de las personas mayores desde un panorama interdisciplinar y centrad en un enfoque de derechos humanos y en la necesidad de desarrollos normativos y políticos adaptados a la realidad que vivimos.

Por último, en la sección de Documentación se publican las Recomendaciones del Informe de la Ponencia de estudio sobre el proceso de envejecimiento en España, constituida en la Comisión de Derechos Sociales en el Senado, que manifiestan la preocupación y las directrices de la política del Gobierno al respecto.

 

Revista Tiempo de Paz 144 | LA SITUACIÓN ACTUAL DE LOS BALCANES

Revista Tiempo de Paz 144 | LA SITUACIÓN ACTUAL DE LOS BALCANES

Número: 144
Periodo: Primavera 2022
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El conflicto de los Balcanes y la guerra de la Antigua Yugoslavia sucedieron hace tres décadas. Nada permitía presumir a finales de los años ochenta que ese país iba a saltar en pedazos, dividiéndose en un conjunto de Repúblicas, al precio de casi 200.000 muertos, millones de desplazados, y la destrucción de planes de vida, economías, ciudades, etc.. Así lo afirma Bojan Gavrilovic, jefe del programa derechos y justicia de la Fundación Jiyan para los derechos humanos, siendo importante reflexionar sobre qué pasó para intentar que no vuelva a suceder en el futuro. Los Balcanes es una región con conflictos endémicos, como analiza José Ignacio Castro Torres, especialista del instituto español de estudios estratégicos (I.E.E.E.) que concluye que en la actualidad hay riesgos de renacimiento de los conflictos por la recuperación de proyectos nacionalistas.

 

Los Balcanes es una región que de antiguo ha tenido conflictos, pero parecían encauzados. Zona de contacto entre oriente y occidente, en la falla tectónica de los límites del Imperio Otomano. Turquía se va disgregando progresivamente desde el siglo XIX y se crean nuevos países. Occidente se hacía valer sobre oriente pero las guerras balcánicas parecían ser cosa del pasado con la creación de la Antigua Yugoslavia. Ese nuevo Estado presentaban la posibilidad de haber conseguido, sobre todo bajo la batuta del mariscal Josip Broz Tito, fallecido en 1980, la convivencia entre etnias y religiones, que se manifestaban como elementos propios de sociedad plurales.

Pero como señalan los coordinadores Miodrag Nedeljkovic y Francisco Segovia, en su excelente introducción, el nacionalismo crudo y descarnado prevaleció como un reguero de pólvora que no debiera haberse permitido, pues condujo a que dominase la enajenación colectiva sobre la convivencia y la prosperidad, o sobre el amor al prójimo. Hoy en día, nos dicen estos especialistas, las nuevas Repúblicas siguen marcadas por las guerras, con economías lastradas, éxodos empobrecedores, víctimas desposeídas de justicia, revisionismos, populismos nacionalistas que zombifican a las instituciones, entre otras consecuencias negativas. Las guerras tienen un precio que muestra el caso de los Balcanes en términos económicos, políticos, psicológicos, humanos y de todo tipo. En términos de justicia y violaciones de derechos humanos, como analiza José Ricardo de Prada, magistrado de lo penal en la Audiencia Nacional y antiguo juez de la Sala de crímenes de guerra del tribunal de Sarajevo, los crímenes de los Balcanes evidenciaron la imposible justicia local y la necesaria justicia internacional, que también tiene dificul-tados -que analiza-. Esta lección nos indica, puede servir para la actual guerra entre Rusia y Ucrania Abordar un número sobre los Balcanes era algo que desde el MPDL se quería hacer desde hace tiempo, pues tenía una larga experiencia de proyectos en el terreno, y el conocimiento de muchas personas y situaciones. Era necesario reflexionar sobre la situación pasada, presente y futura. Desgraciadamente los diferentes artículos de este número reflejan lo difícil que es volver al camino de la paz cuando esta se rompe. Restaurar como un orfebre la escultura de la paz en sociedades rotas y complejas es una tarea muy difícil pues tras el paso de las bayonetas la realidad posbélica es la de sociedades con fronteras étnicas y con un lastre difícil de superar, lo que exige tiempo y una tarea de ingeniería social, económica y política muy compleja que, en el caso de los Balcanes, no

parece que acabe de levantar el vuelo aletargada en una región que también tiene una situación geopolítica compleja, más aún desde la ocupación de Ucrania

Una primera lección de este número es que romper la paz no se soluciona con un tratado sino que es un proceso difícil, que puede llevar generaciones y que para no marchitarse exige unas políticas concienzudas que no se han articulado de manera adecuada por el momento.

La dificultad del proceso deriva tanto de la dinámica de los nuevos Estados como de la situación internacional. Por lo que se refiere a lo primero, Miguel Roan, escritor, consultor independiente y cofundador de la asociación Balcanismos, considera que la situación es de “estabilidad inestable”, más integrada en Europa pero cansada, y con las secuelas de la fragmentación yugoslava; la presunta línea ascendente de los Estados de los Balcanes en el siglo XXI no ha sido tal y, por el contrario, sufren abusos derivados de la corrupción, el abuso de poder, las injusticias sociales, la emigración y el nacionalismo. Algunos autores consideran que la integración en organizaciones como la Unión Europea es la mejor garantía para la seguridad y el desarrollo, como indica el Director ejecutivo de la ONG Alfa Centre, de Montenegro. Por su parte Bojan Lazarevski del instituto de desarrollo comunitario de Macedonia del Norte aborda la cuestión de la integración en la Unión Europea y la Alianza

Por lo que se refiere a lo segundo, el asesor político del representante especial de la Unión Europea para Bosnia y antiguo cooperante del MPDL, Fermín Córdoba estima que hay una fatiga de la ampliación en los Balcanes, al mismo tiempo que en países como Albania, Bosnia-Herzegovina, Kósovo, Macedonia del Norte o Montenegro hay pocos progresos en la lucha contra la corrupción y el crimen. De igual modo, en perspectiva internacional, la profesora Ruth Ferrero Turrión, profesora de ciencia política de la Universidad Complutense analiza el caso de Kó sovo y los países que no lo reconocen -en particular España- como consecuencia de que su independencia, en la forma en que se produjo, no era conforme con el Derecho internacional, lo que considera con buen criterio que se añade el miedo al efecto contagio. Contagio que, cabe añadir, ya se ha producido, pues Rusia tomó buena nota de ese hecho para hacer lo mismo mutatis mutandis en Abjazia y Osetia del Sur, en Crimea y en las repúblicas del Donbás, también en clara violación del derecho internacional. De aquellos polvos estos lodos, algo que occidente no pensó con sosiego, lo que también debiera ser una lección de la situación. Kósovo es, desde otra perspectiva, objeto de análisis por Antón Nrecaj, sobre las políticas sociales y las instituciones

El resto de los artículos abordan análisis importantes para seguir avanzando poco a poco en la solución, mediante medidas que van abordando cuestiones concretas de mejora de la situación. Así, Nemanja Brobnjah, de la revista Novi Plamen de Serbia, analiza la educación y la alfabetización como espejo del desarrollo social de Bosnia y Herzegovina; Jelena Marín, consultora independiente de la Unión Europea, aborda el estudio de un programa de empleo para mujeres en Croacia y de los efectos positivos que tiene en la reconstrucción de una sociedad profundamente dividida.

Milos Perovic, director ejecutivo de Alfa Centre en Montenegro, y Sonja Licht, Presidente

de la Foundation BFPE for a Responsible Society, en Belgrado, exponen los problemas de esos respectivos países, que tienen como sueño la integración en la UE, pero que necesitan ambos modificar y democratizer en profundidad sus sociedades para poder lograrlo.

 

Revista Tiempo de Paz 143 | COLOMBIA: DESAFÍOS DE LA PAZ

Revista Tiempo de Paz 143 | COLOMBIA: DESAFÍOS DE LA PAZ

Número: 143
Periodo: Invierno 2021
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La revista Tiempo de Paz tiene una permanente preocupación por los problemas que para la paz la solidaridad y los derechos humanos hay en el mundo y, especialmente, en América Latina. En el Consejo de Redacción América Latina es una región que siempre se tiene en cuenta, desde la perspectiva de los valores y de su evolución en derechos humanos y democracia. Reflexionar sobre Colombia no es sin embargo algo repetitivo porque constituye un caso test, una especie de laboratorio que permite abordar cuestiones actuales y distintas. Durante más de medio siglo el conflicto armado fue un elemento especialmente relevante. Pero el Tratado de Paz entre las FARC (Fuerzas armadas revolucionarias de Colombia) y el gobierno colombiano de hace un quinquenio generó una dinámica pero no ha solventado todos los problemas

En muchos conflictos internacionales entre Estados un tratado de paz supone una mutación de la situación, porque la voluntad de las partes es la que ha erradicado la violencia. Pero en situaciones como las de Colombia la paz no deriva de uno o varios actos jurídicos sino que constituye en verdad un proceso continuo en el tiempo, mediante el cual se pueda contribuir a transformar los factores presentes para cambiar la situación de una sociedad.

 

 

Así, en Colombia junto a la guerrilla de las FARC había y hay otras guerrillas y otros procesos, a los que se añaden fenómenos como el narcotráfico, el uso de la violencia por parte de algunos terratenientes, la derivada de la criminalidad organizada o del propio Estado. Y a ello se añaden otros factores estructurales como una desigualdad muy elevada, un número enorme de población desplazada y otros problemas como los relativos a la desposesión de la tierra, las violaciones de derechos humanos, la existencia de grandes capas de la población en situación vulnerable, las víctimas de violencia sexual, o el hostigamiento incluso asesinato de líderes sociales. Además, la situación en Colombia produjo muchas victimas cuyo recuerdo y reparación constituye asimismo otro desafío importante. En definitiva la existencia de un gran reto para la paz en Colombia junto a un escenario cambiante necesitado de análisis es lo que llevó a elegir el tema.

Para analizar todo esto se buscó a una especialista como Érika Rodríguez Pinzón, profesora de la Facultad de ciencias políticas y sociología de la Universidad Complutense de Madrid y coordinadora de América Latina en la Fundación Alternativas, que ha hecho una labor excelente contribuyendo a este número con una mirada que parte ya de un balance serio y riguroso sobre el Acuerdo de Paz, dado que a los retos del mismo se han añadido otros como la pandemia o la sensación de frustración en la aplicación del mismo. El número realiza un balance de los cinco años transcurridos pero también propone un esfuerzo prospectivo para ver hacia dónde va y debiera ir Colombia. Erika R. Pinzón pone de relieve en su estudio tanto las dificultades de voluntad política y percepción social como que la paz no solo es la ausencia de guerra sino que debe llevar a afrontar retos en desarrollo económico, reconocimiento de derechos civiles, reparación de víctimas y reconstrucción del tejido social.

El post conflicto está por ello rodeado de desafíos que la lectura de este número contribuye a desentrañar. El Índice responde a una sistemática que parte del conocimiento de los elementos básicos del Acuerdo de Paz y de la situación en Colombia, por lo que va directamente al análisis y perspectiva de algunos problemas generales y particulares que permiten abordar dimensiones originales.

El trabajo realizado por Gerardo Vega, de la Fundación Forjando Futuros, considera que el gran problema del conflicto tiene que ver con la tierra y aunque la ley de víctimas y reparación de tierra pretendía afrontarlo, llega a la conclusión de que no hay voluntad política para su aplicación. Otra cuestión clave para la paz es el acceso a la justicia en el postconflicto colombiano, que profundiza el profesor de la Universidad de Extremadura y del Externado de Colombia, Marcos Criado de Diego, que considera que mejorar el acceso a mecanismos de resolución de conflictos constituye una garantía esencial para la no repetición del conflicto. Y hay otros problemas de la Justicia especial para la paz, que analiza, en general, algo muy difícil para las víctimas en territorios rurales sin presencia institucional. En la misma línea de reflexión es destacable el análisis de Adriana Rudling, investigadora del Michelsen Institute (Bergen, Noruega), al analizar los problemas de aplicación de las recomendaciones de la comisión para el esclarecimiento de la verdad, coexistencia y no repetición en Colombia como garantía para el futuro.

En este sentido uno de los grupos que han sufrido el conflicto y el postconflicto, por tener una discriminación secular y una situación vulnerable son los pueblos indígenas. El estudio de Laura Rojas y Freddy Ordoñez aborda las violaciones de los derechos del pueblo Siona. A su juicio el Acuerdo de Paz es una oportunidad para garantizar sus derechos en tanto que víctimas. Julia Garrido y Penélope Berlamas consideran la importancia de las mujeres en un proceso de paz con justicia social y de género. Analizan la importancia de las alianzas feministas, que también contribuyen al apoyo de la comunidad internacional al proceso de paz, que es tan importante.

A pesar de la importancia del apoyo internacional, no cabe ocultar, nos dice Miguel Gomis (Profesor de la Pontificia Universidad Javeriana) las dificultades en la aplicación del acuerdo, así como la continuidad de una violencia política (especialmente de desmovilizados y liderazgos alternativos), una polarización y una represión en las movilizaciones sociales. También pone de relieve un declive en el apoyo internacional al proceso de paz, especialmente de la Unión Europea.

Los artículos finales de este número abordan cuestiones muy específicas, pero que ponen la luz en problemas muy importantes para la paz. De un lado la cuestión de la desigualdad que lleva a las juristas Sara Caicedo y Diana Guarnizo a abordar el ingreso solidario en Colombia desde los derechos. El denominado Programa de ingreso solidario, que es objeto de estudio desde su marco normativo, de los debates existentes y de los avances para la reducción de la pobreza y de las dificultades derivadas de su sostenibilidad y del monto que se dedica al mismo. La profesora de la Pontificia Universidad Javeriana, Carolina Cepeda aborda un estudio sobre los importantes cambios en los repertorios de protesta, la base de movilización social y su incidencia en la situación actual. También se presenta en una perspectiva “optimista” el análisis que realizan Claudia Dulce y Ángel Melguizo, de la Universidad del Rosario, sobre los jóvenes y la movilización social en Colombia, que analizan los problemas de Colombia desde la visión de los jóvenes, a partir de una encuesta realizada por esa universidad. A juicio de este sector de la población serían la corrupción (principal problema del país), la situación económica y el desempleo los principales problemas de los jóvenes. Hacia el futuro debiera realizarse, indican, un nuevo contrato social en Colombia, con una mayor movilización de los jóvenes en los problemas generales. Finalmente Catalina Gil Pinzón y Catalina Niño Guarnizo abordan cómo debiera realizarse una necesaria reforma de la policía

En definitiva este número da una visión prospectiva de la situación en Colombia y es un análisis crítico de las dificultades de implementación del acuerdo, en el denominado post conflicto colombiano, que contribuye tanto a identificar problemas como a abrir vías de desarrollo futuro, por lo que es una aportación novedosa y original al estudio de Colombia que abre una ventana de esperanza a un futuro mejor en la región en los próximos años, a pesar de los dificultades existentes desde hace décadas.

 

Revista Tiempo de Paz 142 | PÚBLICO Y PRIVADO

Revista Tiempo de Paz 142 | PÚBLICO Y PRIVADO

Número: 142
Periodo: Otoño 2021
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Este número de Tiempo de Paz tiene por objeto reflexionar sobre lo público y lo privado en el tiempo presente. A la hora de seleccionar este tema de reflexión el Consejo de la revista tuvo muy presente dos cuestiones. De un lado, que en las últimas décadas el mundo ha vivido en el marco de una globalización neoliberal en contexto de privatización de los servicios públicos que ha conducido en algunos casos a un debilitamiento de los derechos sociales. De otro lado, el efecto que la pandemia podía tener sobre los servicios públicos y los derechos sociales, teniendo en cuenta el recuerdo de los efectos negativos que la reciente crisis de 2008 había tenido en las personas y en los grupos más vulnerables en todo el mundo y, muy especialmente, en Europa. Las políticas de austeridad tuvieron no solo un impacto negativo en la economía sino muy lesivo para los más vulnerables, en un contexto de incremento de la pobreza y la desigualdad.

 

Elegido el tema de debate se buscó como coordinador a un prestigioso profesor de Derecho administrativo de la Universidad Carlos III de Madrid, donde es secretario general adjunto, y un gran especialista en servicios públicos, buen conocedor de los problemas que afrontan. Su ilusión y gran capacidad de trabajo se ven reflejados en este número, en el que concurren aportaciones de personas prestigiosas y valiosas procedentes de la Academia pero también de la política y de la sociedad, unidos por la preocupación en torno a la evolución del Estado social y democrático de Derecho.

Abre la revista una lúcida reflexión del Catedrático emérito de la Universidad Carlos III de Madrid, Tomás de la Quadra-Salcedo, antiguo Ministro de Justicia, que considera que el modelo socialdemócrata es el que mejor se corresponde con el pacto constitucional, como se observa en los principios rectores del capítulo III, del título I. Sus reflexiones sobre la colaboración público-privada y el papel del Estado como garante de determinados servicios esenciales son muy atinadas y, como apunta esa colaboración, puede lograrse en régimen de competitividad pero con obligaciones de servicio universal.

Un modelo de servicios sociales de calidad garantizados por el Estado es compartido por los autores de este número, cuyas aportaciones son muy útiles para analizar determinadas deficiencias. Es el caso de la educación que, tras una década de recortes ha llevado a que la Escuela de calidad haya sufrido deterioros que reducen su importante papel en la reducción de desigualdades, como pone de manifiesto el análisis de Oscar Celador Angón, el catedrático de derecho eclesiástico de la Universidad Carlos III de Madrid y director de la cátedra Fernando de los Ríos de Laicidad. En el ámbito de la sanidad, José Manuel Freire, reconocido especialista en la materia aborda el análisis de diversos casos (mutualidad financiera; construcción de hospitales; concesiones sanitarias; conciertos; gestión de centros) y considera que hay determinados modelos que por su complejidad, opacidad y sobrecostes habría que rechazar, del mismo modo que habría que reformar el modelo de gestión de la sanidad, tarea pendiente desde hace años, como puso de relieve el Dictamen sobre sanidad de la comisión de reconstrucción del Congreso.

Es asimismo de gran interés el análisis que sobre los servicios sociales (y el respectivo papel de lo público y lo privado) realizan los diputados María Luisa Carcedo y Pau Mari-Klose, respectivamente, antigua Ministra de Sanidad y profesor de sociología de la Universidad de Zaragoza. Tras su estudio minucioso de la evolución de los servicios sociales en España visibilizan los problemas y medidas que se deberían impulsar, teniendo en cuenta que la pandemia ha supuesto una catarsis que plantea grandes desafíos como la longevidad de los mayores, entre otros.

Junto a estos estudios el presente número sirve para analizar hacia dónde va la sociedad contemporánea, tanto española como internacional. En esta línea el profesor Ignacio Sánchez-Cuenca, catedrático de ciencia política de la UC3M realiza una interesante reflexión sobre cómo afecta la pandemia a la democracia, tanto desde la perspectiva de la relación entre los expertos y los políticos y cómo se ha producido un aumento de la tecnocracia que en ocasiones puede llevar a que los políticos eludan sus responsa- bilidades, como para poner de relieve la importancia que tiene el papel del Estado en situaciones extraordinarias. En este sentido la pandemia debilita el neoliberalismo, lo que es un fenómeno general.

Enrique Barón, Antiguo Ministro y Expresidente del Parlamento europeo realiza una reflexión sobre la pandemia como factor de impulso a una Unión Europea a través del plan de recuperación a medio y largo plazo (next generation) que huye, a diferencia de la crisis de 2008, de las políticas de austeridad. El profesor de economía Miguel Sebastián, antiguo Ministro de economía, realiza una reflexión doblemente importante, por cuanto que demuestra que el dilema salud-economía no se sostiene, por un lado, y aborda, por el otro el impacto geopolítico y geoeconómico de la pandemia. Con datos afirma el nuevo liderazgo de China en el mundo, la mala reacción de Estados Unidos y de Europa que ha estado un poco mejor, pero no ha sido un bloque, ni ha realizado un confinamiento coordinado ni una política de compras de material sanitario. También aborda los nuevos factores a tener en cuenta en la postpandemia. En la misma perspectiva internacional Robert Fishman, antiguo profesor de la Universidad de Notre Dame, y actual catedrático de ciencias políticas en la UC3M aborda la nueva posición de EEUU con el Presidente Biden, con cierto optimismo, al considerar que tiene una visión progre- sista que vendrá muy bien para abordar retos de justicia social, así como ecológicos y económicos. El artículo de Rosa Velázquez, Secretaria General Técnica del Ministerio de Asuntos Exteriores, expone cómo la interdependencia planetaria de la pandemia, que afecta a todos los países y sectores socales, ha generado una nueva manera de considerar los problemas.

En estos momentos son claves políticas y reformas en materia de emprendimiento, laboral y de vivienda. Como pone de relieve la Ministra de Industria, consumo y turismo, Reyes Maroto, la colaboración público-privada es necesaria para lograr un crecimiento fuerte, inclusivo y sostenible a medio plazo, acelerar la digitalización y la transición ecológica, el fomento del emprendimiento empresarial, entre otros caminos a seguir en el marco de la Agenda 2030. También es conveniente abordar el mundo laboral, que analiza Julia López, Catedrática de derecho del trabajo de la Universidad Pompeu Fabra, y que pone de relieve como la laboralidad es un factor de solidaridad inclusiva, así como el nuevo papel que debieran tener las inspecciones de trabajo, los jueces de lo laboral y la tesorería general de la Seguridad social. De otro lado el profesor Daniel Entrena cuesta aborda uno de los problemas en las sociedades modernas, fundamentalmente para los más jóvenes y en las grandes ciudades, que es el del mercado inmobiliario, que analiza con gran lucidez.

Los cambios y los nuevos retos en la relación entre el Estado y la sociedad, entre lo público y privado, entre el Estado y el mercado requieren otras reformas. Así, una trans- formación del marco tributario, siendo necesario un nuevo sistema fiscal, como analiza la directora del Instituto de estudios fiscales, Cristina García-Herrero, que propone una reforma tributaria profunda, para modernizar de manera justa y eficiente, recaudatorrua y que sirva de palanca para el crecimiento y el empleo.

De otro lado otra clave es el papel de las reglas del mercado, que en la Unión Europea están diseñadas por el Derecho, y sobre las que Mariano Bacigalupo, catedrático de derecho administrativo de la UNED realiza un interesante análisis al hilo de la recomen- dación de la OCDE de 31/V/2021, sobre la neutralidad competitiva y el papel del Estado como garante de la misma. Es decir, el Estado debe garantizar que no se restringa o distorsiones las reglas de competencia.

Asimismo son de gran relevancia las normas y equilibrios entre lo público y lo privado en el sector financiero, bancario y no bancario, que analiza con gran perspectiva Miguel A. Fernández-Ordoñez, antiguo Gobernador del Banco de España y Presidente del Tribunal de competencia que considera esencial fijar qué debe corresponder a los individuos y al Estado. En ese contexto analiza los debates sobre la reforma del sistema bancario, que a pesar de estar en manos privadas recibe una gran protección del Estado mediante ayudas, privilegios y otras medidas, que se deben ponderar y abordar, teniendo en cuenta la evolución del mismo.

En definitiva, un número de la revista que creemos de gran altura para conocer la evolución del Estado social y democrático de derecho, sus principales desafíos así como las perspectivas tanto a nivel nacional como europeo e internacional, por lo que se invita a su lectura, que sin duda podrá dar lugar a nuevas reflexiones futuras.

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Revista Tiempo de Paz 141 | LA DIGITALIZACIÓ

Revista Tiempo de Paz 141 | LA DIGITALIZACIÓN

Número: 141
Periodo: Verano 2021
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La denominada digitalización no es un proceso sencillo, barato ni neutro, sino que constituye una revolución en nuestras vidas, que para que sea positiva exige la realización de muchas políticas y normas tanto a nivel nacional como europeo e internacional.

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Presentación del número 130 de la revista Tiempo de Paz, ‘Demografía y problemas sociales’

El evento, presentado y moderado por Gloria Fernández-Mayoralas, Directora del Instituto de Economía, Geografía y Demografía, se celebró en el Centro de Ciencias Humanas y Sociales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Madrid. Contó con las intervenciones de Mª Ángeles Duran, Profesora Ad Honorem del IEGD y Premio Nacional de Sociología, Mercedes Pedrero, Consultora de Naciones Unidas e investigadora en la Universidad Nacional Autónoma de México, e Inmaculada Zambrano, miembro del grupo Democracia y autonomías: sociedad y políticas (DASP) de la Universidad Pablo de Olavide.
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Presentación de la Revista Tiempo de Paz nº 123 dedicada a los «Delitos de odio»

El pasado 3 de abril se presentó el número 123 de la revista Tiempo de Paz, dedicada monográficamente a los delitos de odio. En la presentación intervino Francisca Sauquillo, presidenta del Movimiento por la Paz-MPDL; Victoria Ortega Benito, Presidenta del Consejo General de la Abogacía Española; Esteban Ibarra, presidente del Movimiento Contra la Intolerancia y coordinador del número, y Carlos Fernández Liesa, director de Tiempo de Paz.

 

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