Revista Tiempo de Paz 143 | COLOMBIA: DESAFÍOS DE LA PAZ

Número: 143
Periodo: Invierno 2021
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La revista Tiempo de Paz tiene una permanente preocupación por los problemas que para la paz la solidaridad y los derechos humanos hay en el mundo y, especialmente, en América Latina. En el Consejo de Redacción América Latina es una región que siempre se tiene en cuenta, desde la perspectiva de los valores y de su evolución en derechos humanos y democracia. Reflexionar sobre Colombia no es sin embargo algo repetitivo porque constituye un caso test, una especie de laboratorio que permite abordar cuestiones actuales y distintas. Durante más de medio siglo el conflicto armado fue un elemento especialmente relevante. Pero el Tratado de Paz entre las FARC (Fuerzas armadas revolucionarias de Colombia) y el gobierno colombiano de hace un quinquenio generó una dinámica pero no ha solventado todos los problemas

En muchos conflictos internacionales entre Estados un tratado de paz supone una mutación de la situación, porque la voluntad de las partes es la que ha erradicado la violencia. Pero en situaciones como las de Colombia la paz no deriva de uno o varios actos jurídicos sino que constituye en verdad un proceso continuo en el tiempo, mediante el cual se pueda contribuir a transformar los factores presentes para cambiar la situación de una sociedad.

 

 

Así, en Colombia junto a la guerrilla de las FARC había y hay otras guerrillas y otros procesos, a los que se añaden fenómenos como el narcotráfico, el uso de la violencia por parte de algunos terratenientes, la derivada de la criminalidad organizada o del propio Estado. Y a ello se añaden otros factores estructurales como una desigualdad muy elevada, un número enorme de población desplazada y otros problemas como los relativos a la desposesión de la tierra, las violaciones de derechos humanos, la existencia de grandes capas de la población en situación vulnerable, las víctimas de violencia sexual, o el hostigamiento incluso asesinato de líderes sociales. Además, la situación en Colombia produjo muchas victimas cuyo recuerdo y reparación constituye asimismo otro desafío importante. En definitiva la existencia de un gran reto para la paz en Colombia junto a un escenario cambiante necesitado de análisis es lo que llevó a elegir el tema.

Para analizar todo esto se buscó a una especialista como Érika Rodríguez Pinzón, profesora de la Facultad de ciencias políticas y sociología de la Universidad Complutense de Madrid y coordinadora de América Latina en la Fundación Alternativas, que ha hecho una labor excelente contribuyendo a este número con una mirada que parte ya de un balance serio y riguroso sobre el Acuerdo de Paz, dado que a los retos del mismo se han añadido otros como la pandemia o la sensación de frustración en la aplicación del mismo. El número realiza un balance de los cinco años transcurridos pero también propone un esfuerzo prospectivo para ver hacia dónde va y debiera ir Colombia. Erika R. Pinzón pone de relieve en su estudio tanto las dificultades de voluntad política y percepción social como que la paz no solo es la ausencia de guerra sino que debe llevar a afrontar retos en desarrollo económico, reconocimiento de derechos civiles, reparación de víctimas y reconstrucción del tejido social.

El post conflicto está por ello rodeado de desafíos que la lectura de este número contribuye a desentrañar. El Índice responde a una sistemática que parte del conocimiento de los elementos básicos del Acuerdo de Paz y de la situación en Colombia, por lo que va directamente al análisis y perspectiva de algunos problemas generales y particulares que permiten abordar dimensiones originales.

El trabajo realizado por Gerardo Vega, de la Fundación Forjando Futuros, considera que el gran problema del conflicto tiene que ver con la tierra y aunque la ley de víctimas y reparación de tierra pretendía afrontarlo, llega a la conclusión de que no hay voluntad política para su aplicación. Otra cuestión clave para la paz es el acceso a la justicia en el postconflicto colombiano, que profundiza el profesor de la Universidad de Extremadura y del Externado de Colombia, Marcos Criado de Diego, que considera que mejorar el acceso a mecanismos de resolución de conflictos constituye una garantía esencial para la no repetición del conflicto. Y hay otros problemas de la Justicia especial para la paz, que analiza, en general, algo muy difícil para las víctimas en territorios rurales sin presencia institucional. En la misma línea de reflexión es destacable el análisis de Adriana Rudling, investigadora del Michelsen Institute (Bergen, Noruega), al analizar los problemas de aplicación de las recomendaciones de la comisión para el esclarecimiento de la verdad, coexistencia y no repetición en Colombia como garantía para el futuro.

En este sentido uno de los grupos que han sufrido el conflicto y el postconflicto, por tener una discriminación secular y una situación vulnerable son los pueblos indígenas. El estudio de Laura Rojas y Freddy Ordoñez aborda las violaciones de los derechos del pueblo Siona. A su juicio el Acuerdo de Paz es una oportunidad para garantizar sus derechos en tanto que víctimas. Julia Garrido y Penélope Berlamas consideran la importancia de las mujeres en un proceso de paz con justicia social y de género. Analizan la importancia de las alianzas feministas, que también contribuyen al apoyo de la comunidad internacional al proceso de paz, que es tan importante.

A pesar de la importancia del apoyo internacional, no cabe ocultar, nos dice Miguel Gomis (Profesor de la Pontificia Universidad Javeriana) las dificultades en la aplicación del acuerdo, así como la continuidad de una violencia política (especialmente de desmovilizados y liderazgos alternativos), una polarización y una represión en las movilizaciones sociales. También pone de relieve un declive en el apoyo internacional al proceso de paz, especialmente de la Unión Europea.

Los artículos finales de este número abordan cuestiones muy específicas, pero que ponen la luz en problemas muy importantes para la paz. De un lado la cuestión de la desigualdad que lleva a las juristas Sara Caicedo y Diana Guarnizo a abordar el ingreso solidario en Colombia desde los derechos. El denominado Programa de ingreso solidario, que es objeto de estudio desde su marco normativo, de los debates existentes y de los avances para la reducción de la pobreza y de las dificultades derivadas de su sostenibilidad y del monto que se dedica al mismo. La profesora de la Pontificia Universidad Javeriana, Carolina Cepeda aborda un estudio sobre los importantes cambios en los repertorios de protesta, la base de movilización social y su incidencia en la situación actual. También se presenta en una perspectiva “optimista” el análisis que realizan Claudia Dulce y Ángel Melguizo, de la Universidad del Rosario, sobre los jóvenes y la movilización social en Colombia, que analizan los problemas de Colombia desde la visión de los jóvenes, a partir de una encuesta realizada por esa universidad. A juicio de este sector de la población serían la corrupción (principal problema del país), la situación económica y el desempleo los principales problemas de los jóvenes. Hacia el futuro debiera realizarse, indican, un nuevo contrato social en Colombia, con una mayor movilización de los jóvenes en los problemas generales. Finalmente Catalina Gil Pinzón y Catalina Niño Guarnizo abordan cómo debiera realizarse una necesaria reforma de la policía

En definitiva este número da una visión prospectiva de la situación en Colombia y es un análisis crítico de las dificultades de implementación del acuerdo, en el denominado post conflicto colombiano, que contribuye tanto a identificar problemas como a abrir vías de desarrollo futuro, por lo que es una aportación novedosa y original al estudio de Colombia que abre una ventana de esperanza a un futuro mejor en la región en los próximos años, a pesar de los dificultades existentes desde hace décadas.